Descubre a través de las fotos e historias de estos niños y niñas de Mauritania cómo recuperaron algunos de sus derechos.

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LALA

Ahora sé que ningún hombre tiene derecho sobre mí

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DABA

No tenía papeles para ir a la escuela, y me convertí en la primera de la clase

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HASAN

Hay niños que roban por necesidad, porque tienen hambre, y para ayudar a sus familias

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AMINATA

Dejé la escuela para ayudar a mi familia

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KHADIJA

Antes vivíamos al día. Ahora cubrimos las necesidades básicas

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HAWA

Me acusaban de bruja y nadie se atrevía a tocarme

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SALAMA

Me echaron de la escuela porque no tenía papeles

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SIDI

Mis amigos y yo pasamos la noche en comisaría

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MARIAMA

Intenté ir a Europa en patera para salvar a mi familia

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AICHATA

A los nueve años comencé a trabajar de empleada doméstica

LALA

Ahora sé que ningún hombre tiene derecho sobre mí

Vivía con mis padres y hermanos en una jaima. Un primo comenzó a frecuentar el hogar. Hacía lo que quería conmigo cuando nadie lo veía. Él me amenazaba para que no hablara. Me quedé embarazada. Con miedo, me atreví a romper el silencio. Actualmente él está en prisión por 5 años. Ahora sé que lo que mi primo me hizo es un grave delito. Que ningún hombre tiene derecho sobre mí sin mi consentimiento.

La asistenta social me acompañó en todo el proceso legal y sanitario. Como sólo tenía 15 años, decían que mi embarazo y el parto podían provocar riesgos. Afortunadamente todo pasó sin complicaciones. Y es así como tuve a mi hija, Mama.

Cuando mi bebé haya terminado la lactancia, me han recomendado formarme en costura para poder tener mis propias actividades generadoras de ingresos, estar en contacto con otras chicas, y no quedarme siempre en casa.

Lala recuperó su
derecho a:

la salud y servicios sanitarios

la protección

la información

la libertad de expresión

DABA

No tenía papeles para ir a la escuela, y me convertí en la primera de la clase

Como soy la hermana mayor, y mi madre estaba a cargo de la casa y los niños, comencé a trabajar como criada para ayudar en la manutención de la familia. Hacía la limpieza general, cocinaba y lavaba los platos. Me pagaban 45 euros al mes. Había meses que no me pagaban. Mi madre tenía que ir a reclamar mi dinero.

Apoyaron a mi madre a montar un negocio para que yo pudiera volver a la escuela. Yo no tenía papeles de registro civil, pero me ayudaron a conseguirlos e inscribirme. En dos años atrapé a los niños de mi edad. Me convertí en la primera de la clase entre 52 alumnos. Adoro estudiar.

Daba recuperó su
derecho a:

la identidad

la educación

el desarrollo

a la protección

y al tiempo de ocio

HASAN

Hay niños que roban por necesidad, porque tienen hambre, y para ayudar a sus familias

Vivo con mi madre y mis hermanos y hermanas. Ella se ocupa sola de nosotros cinco. Cuando se despierta, va en busca de algo de dinero. Nosotros nos quedamos todo el día sin comer hasta que ella llega por la tarde con algo para cocinar: Un pez, arroz… y comemos. He dejado la escuela para buscar algo con lo que poder ayudar. En nuestro barrio, hay muchos niños en la misma situación. En este entorno surge la delincuencia. Hay niños que roban por necesidad, porque tienen hambre, y para ayudar a sus familias. Es así como los niños se meten en delitos. Este es el caso de mi hermano menor Amdi.

Para ayudarnos a salir de este entorno, han apoyado a mi madre en la creación de un comercio, para aumentar sus ingresos. Además, están apoyando legalmente a mi hermano Amdi y a nosotros nos han ofrecido hacer una formación profesional.

Hasán y sus
hermanos recuperaron
el derecho a:

la educación

supervivencia y desarrollo

a la protección

a la reintegración social

AMINATA

Dejé la escuela para ayudar a mi familia

Mi familia vino a la ciudad en busca de trabajo. Vivíamos en chozas. Comencé a estudiar, pero como veía a mis padres ahogados económicamente, dejé la escuela y comencé a trabajar como empleada doméstica para ayudar. Ganaba entre 25 y 40 euros al mes. Mi hermana siguió mis pasos.

Nos identificaron en esta situación, y para ayudarnos, apoyaron a mi familia a emprender un negocio para mejorar nuestros ingresos. Nosotras pudimos hacer una formación profesional. Yo elegí el tinte de telas y mi hermana la costura. Ahora hace ya tres años que trabajamos de lo nuestro. Me gusta mi trabajo y gano mucho mejor que cuando era empleada doméstica, además, puedo ayudar en casa.

Aminata recuperó,
entre otros, su
derecho a:

la educación

la supervivencia y desarrollo

las prestaciones sociales

a un nivel de vida adecuado

KHADIJA

Antes vivíamos al día. Ahora podemos cubrir nuestras necesidades básicas

Mi familia vino a buscarse la vida a Nouadibou. Nos instalamos en una choza en el barrio más pobre de la ciudad, en condiciones de vida difíciles.

Un día una amiga y yo discutimos y ella me lanzó una piedra. Era una pelea de niñas, pero nuestros padres se metieron y trajo muchos insultos y amenazas. Mi madre tuvo miedo de que el conflicto se prolongara porque podía traer peleas y problemas con la justicia. Así que prefirió ir a comisaría para frenarlo. Gracias a la intervención de los asistentes sociales, el asunto se frenó ahí.

Nos apoyaron con nuestra escolarización, y a que mis padres montaran un negocio. Esto cambió la situación de nuestra familia. Antes vivíamos al día. Ahora cubrimos las necesidades básicas y con lo que ahorramos, estamos construyendo una casa poco a poco.

Khadija recuperó,
entre otros, su
derecho a:

un nivel de vida adecuado

un hogar

la educación y el desarrollo

un entorno protector

HAWA

Me acusaban de bruja y nadie se atrevía a tocarme

Cuando tenía dos años, estaba muy débil. Lloraba durante todo el día y no sabían de qué sufría. Me hicieron múltiples pruebas y me dieron muchos medicamentos, pero nada me curaba. Probamos con curanderos tradicionales, pero tampoco. Yo tenía una gran joroba y me acusaban de bruja. Nadie se atrevía a tocarme. Me pasaba el día sentada en un mismo lugar sin que la gente se me acercara a hablar.

Los de TDH enviaron mi sangre a analizar a Francia y detectaron mi enfermedad: tuberculosis sanguínea. Me llevaron a la capital a curarme. También me compraron un corsé ortopédico y mi joroba disminuyó un 80%. Desde que me curé, juego con otros niños, invito a mis amigas a casa y bailamos juntas.

Hawa recuperó su
derecho a:

la salud y servicios sanitarios

la reintegración social

derecho al juego

SALAMA

Me echaron de la escuela porque no tenía papeles

Antes iba a la escuela, pero un año no me dejaron continuar porque no tenía papeles. Tuve que abandonar y acompañar a mi tío al campo como pastor. Una noche tuve un ataque epiléptico y caí al fuego. Mi brazo se quemó completamente. Volvimos a Zouerat y comencé a mendigar. A veces me daban azúcar o arroz que yo intentaba vender para ganar algo de dinero, y cuando podía compraba pan para el desayuno de mis hermanos pequeños.

Los asistentes sociales me encontraron y me sacaron de la mendicidad. Me acompañaron a curar mi quemadura y nos apoyaron en un negocio de venta de couscous. Hoy en día no tenemos problemas económicos para alimentarnos y todos los niños de la familia están escolarizados.

Salama y sus
hermanos recuperaron
su derecho a:

la salud y servicios sanitarios

la reintegración social

la educación

la identidad

SIDI

Mis amigos y yo pasamos la noche en comisaría

Yo solía ir con otros niños a jugar a la casa de una familia del barrio que tenía una playstation. Jugábamos al San Andreas, un juego de carreras de coches. Si tenías 25 céntimos, podías jugar durante 30 minutos, y si tenías 50, podías jugar una hora. Un día, el Samsung de la madre de la casa desapareció y ella nos acusó a los niños que estuvimos allí. La policía nos vino a buscar al barrio y pasamos la noche en comisaría.

Los asistentes sociales vinieron a acompañarnos en las declaraciones. Al final las cosas se calmaron. Me dieron muchas consignas, apoyaron a mi familia en el alquiler de una tienda de ultramarinos, y ahora estamos tranquilos, me controlan y protegen de cerca, nos alimentamos tranquilamente y pagamos mi escolarización. Me he empezado a concentrar en la escuela y me dicen que si sigo mis estudios cosecharé buenos resultados en la vida.

Sidi recuperó,
entre otros, su
derecho a:

un entorno protector

la educación

la supervivencia y desarrollo

un hogar

la reintegración social

MARIAMA

Intenté ir a Europa en patera para salvar a mi familia

Mi padre falleció y mi familia cayó en dificultades económicas. Esta situación me dolía. Vi la oportunidad de ir a Europa por 1.500 euros y mi madre me apoyó vendiendo una tierra. Dejé Sierra Leona hasta llegar a Mauritania. La siguiente escala era Marruecos para llegar a Europa en patera, pero el tipo que me llevaba desapareció. Era una mafia y una estafa. Me tuve que buscar la vida para sobrevivir en Nouadibou, no conocía nada, a nadie, ni tenía dinero. Un Sierra Leonés me acogió. Me dejó embarazada y después desapareció. Otra compatriota me acogió en su habitación con su hijo, donde vivo ahora. Voy a tener un hijo y mi mayor problema ahora es buscar ropas para el bébé.

Mariama fue identificada y es apoyada con raciones alimentarias, se la ayuda a conseguir un carnet de cuidados sanitarios, se la acompaña a las consultas prenatales.

Se la apoyará en su repatriación si así lo decide, si se queda, a tener los papeles, a recibir formación profesional y apoyo en crear un mini proyecto económico.

Mariama recuperó su
derecho a:

la protección de la salud

las prestaciones sociales

la información

la libertad de expresión entre otros

AICHATA

A los nueve años comencé a trabajar de empleada doméstica

Mi padre está enfermo y hemos atravesado dificultades en casa. A los nueve años comencé a trabajar como criada por 25 euros al mes para poder ayudar a mi familia. Trabajaba de 9 am a 18 pm. No me respetaban, cuando necesitaba algo, no me escuchaban. Estuve 3 años. Un día la patrona estaba de viaje, y mi patrón intentó agredirme. Me escapé corriendo a casa. Como no me tocó, solamente lo intentó, dejaron el caso.

Apoyaron a mi familia para sacarme de esta situación, con comida y un préstamo para montar un negocio. Gracias a ello, me insertaron en la escuela. Voy bien en clase, es importante estudiar para poder tener un trabajo mejor para ayudar a la familia.

Aichata recuperó su
derecho a:

la educación

al desarrollo

la protección

al tiempo de ocio